Среда 26 Ноя 2008, 16:13
Héme aquí que me encuentro con que llevo justamente un año registrado en este bendito invento, y creo que es una excelente excusa para aburrir un poco al personal con diversas divagaciones mentales, cronología de descubrimientos musicales, añoranzas de tiempos pasados, agradecimientos, insultos y demás parafernalia thonoliana.
Lo primero que me llama la atención mirando mis listas es que, para mi sorpresa mayúscula, y supongo que también para la de quienes me conocían musicalmente hablando, Opeth no ha sido mi artista más escuchado durante estos 12 meses, a pesar de haber publicado este mismo año un álbum prodigioso e histórico que lleva por título Watershed, el cual aún no me he cansado de escuchar (y no creo que llegue alguna vez ese momento). De forma prácticamente casual, hace apenas 3 meses se me apareció una diosa azerí de nombre Aziza Mustafa Zadeh que ha absorbido casi por completo mis escuchas de las últimas semanas hasta niveles casi obsesivos. Su particularísimo estilo, una especie de jazz impregnado a partes iguales por la herencia de los grandes compositores clásicos y el exótico aroma oriental propio de su tierra, sumado a su virtuosismo como intérprete y a su maestría como compositora, me han dejado embelesado. Básicamente instrumental y fuertemente basada en el piano, su música se ve aderezada de cuando en cuando por increíbles acrobacias vocales que rivalizan de tú a tú con la extraordinaria habilidad de sus dedos. Nunca había escuchado a alguien tocar el piano de una forma tan enérgica y vistosa.
Podría parecer a priori que no encaja demasiado con la mayoría de mis bandas favoritas, pero al fin y al cabo su música es dinámica, emotiva, dramática, virtuosa y atrevida, adjetivos que un seguidor de la música progresiva como yo no podría pasar por alto, más teniendo en cuenta que siempre me ha tirado lo suyo la música instrumental. Y, de alguna manera, es el símbolo de la fuerte evolución como melómano que he tenido en los últimos tiempos. Me resulta llamativo ojear mis listas y ver tan lejos de los primeros puestos a unos Symphony X por ejemplo, que, de haberme registrado aquí 5 años atrás, estarían sin duda alguna encabezando el ranking, y tal vez por una diferencia abismal. Probablemente Héroes del Silencio y After Forever completasen ese hipotético podio. También me sorprende ver tan abajo, o incluso sin escucha alguna, a bandas como Dimmu Borgir, Epica, Therion, Tristania o Kamelot. Incluso los flipados de Rhapsody (of Fire), que bien obsesionado que me tuvieron a principios de esta década.
No creo que esas bandas, y otras muchas que no mencionaré, me hayan dejado de gustar, pero sí es cierto que no me llaman la atención como antes. Es difícil a veces para el melómano no dejarse cosas por el camino en su evolución musical como oyente, y viéndolo desde la perspectiva actual da cierta pena, un sentimiento nostálgico alimentado por el recuerdo de los grandes momentos de placer proporcionados por discos y bandas que en la actualidad uno va dejando de lado, y que han constituido la banda sonora personal durante una importante parte de la vida. Obviamente, al escribir esto me están dando unas ganas terribles de retomarlos, pero veremos cuánto dura este sentimiento.
Hay quienes persisten desde el principio, claro está. Ahí figuran Dream Theater y Conception por ejemplo, básicos en mi formación musical, que siguen bien arriba. Sigo pensando, al igual que hace 6 años, que In Your Multitude es el mejor disco que jamás haya pasado por mis oídos. Sin embargo, en general va subiendo enteros mi creciente interés por el jazz, sobre todo el jazz contemporáneo y de tendencias fusioneras, y el flamenco, música de incomparable riqueza cuando te adentras en ella, con el maestro Paco de Lucía como principal exponente de la cara más renovadora y audaz del género, y otros muchos talentos nacidos a su sombra. También me siento cada vez más atraído por las músicas tradicionales de diversas partes del mundo.
Me interesa sobremanera la vertiente más vanguardística del metal; todas esas bandas extremas o con raíces extremas que han diversificado sus propuestas musicales de forma atrevida e innovadora y al mismo tiempo coherente y sensata, como puedan ser Vintersorg, Arcturus, Solefald, Lux Occulta, Borknagar o Ephel Duath, aunque aquellos que han llegado más lejos en mi opinión, y quienes aún tienen muchísimo que ofrecerme, son los geniales e inigualablemente imprevisibles Ulver. Considero que Perdition City encarna como ninguna otra cosa la definición perfecta de álbum orgásmico.
Me apasiona investigar en la música "clásica", filón incomparable que aún permanece casi intacto para mí y que espero ir desgastando poco a poco. Y seguro que tengo por descubrir multitud de cosas interesantísimas en otros géneros inexplorados, así como darle más cancha a lo que me haya podido dejar en el tintero.
Veremos lo que me deparan los próximos 12 meses en el ámbito musical. Tengo una curiosidad tremenda por ver qué sentiré releyendo esto para entonces. Entre mi inagotable curiosidad innata y la gente que he conocido por aquí con la que comparto gustos en gran medida, seguro que será un año movidito.
PD: en realidad no ha habido insultos ni agradecimientos, pero hay que venderse un poco :P